ASALTODIARIO CASI CUARENTA AÑOS
1987 - 2027

ASALTODIARIO O SOBRE LA OBSTINADA CONGRUENCIA
¿Qué puedo decir sobre Asaltodiario?
Los recuerdo hace ya varios lustros irrumpiendo en la explanada del Hemiciclo a Juárez con una intervención performática dancística (en ese momento no sabíamos que ese tipo de propuestas escénico-políticas se nombrarían asaltos), elaborada en los criterios y apuestas estético-políticas del teatro invisible, en la que la súbita aparición de un pordiosero bailarín -un hombre del alba- concitaría la solidaridad ciudadana ante la acción punitiva de la policía que pretendía apresar a ese dancístico poeta del desamparo. Los recuerdo también bailando-encarnando a una pareja de jóvenes plebeyos desclasados y chemos que transformaban los asedios de la cultura tanática en un canto radical de dignidad y de amistad. Los rememoro en la manifestación que recordaba los veinte años del dos de octubre en una acción escénico-política que integraba artes circenses, danza y perifoneo, que buscaba hacernos reflexionar sobre los modos en cómo se producen los hábitos de sumisión de nuestra sociedad. Los rememoro con una obra abiertamente a favor de la civilizatoria revuelta zapatista, presentada en el marco del Premio INBA-UAM, en la que le pedían al público manifestarse con respecto a las implicaciones éticas y sociales del movimiento indígena. Los veo bailando-interviniendo en un cruce peatonal, en el tiempo que dura la impaciencia de un semáforo, para problematizar nuestra conciencia ecologista. Los veo impartiendo talleres a niños y niñas en situación vulnerable. Los encuentro impulsando proyectos educativos artísticos alternativos en Oaxaca. Los veo obstinados luchando, creando, reflexionando, dialogando con y retando a la inteligencia de los ciudadanos y ciudadanas de a pie, sus pares, nosotros.
¿Qué puedo decir sobre Asaltodiario?
Que son un grupo de artistas de la danza que arraiga su trabajo en la voluntad de congruencia y en la disputa con la pertinencia del lugar social asignado. En nuestra muy desigual sociedad, los artistas de Asaltodiario son esfuerzo, empeño, compromiso, audacia para descolocarse de las posibilidades estrechas que el sistema capitalista patriarcal mexicano nos ofrece como “destino” ineludible a todos y todas quienes no pertenecemos a los ámbitos privilegiados. Estos recorridos que se quieren obligatorios van de la cotidianidad a lo macropolítico, pasan por la afectividad y la enunciación simbólica, tocan lo corporal y los usos del tiempo. A esta contradictoria y desigual complejidad social es a la que artística y políticamente los integrantes de Asaltodiario se enfrentan y problematizan. ¿Quién tiene derecho a la ciudadanía cabal? ¿Quién tiene derecho a la justicia? ¿Quién a decirse “artísticamente”? ¿Quién a bailar? Responden: todo el que así lo quiera, la democracia será si es también ampliación del derecho a nombrar y nombrarse.
¿Qué puedo decir sobre Asaltodiario?
Que desde sus inicios sus integrantes decidieron no apegarse a la resignación y asumir los amplios retos de la autonomía de enunciación. En este empeño han experimentado con diversas discursividades (desde el teatro invisible a la danza escénica para foro tradicional, pasando por la intervención urbana efímera y la danza instalación) que siempre han tenido como eje la evidenciada relación con los espectadores. Hace un buen rato que prescindieron de la cuarta pared. Esto es así porque los y las integrantes de Asaltodiario buscan establecer con sus receptores una situación de pares, un vínculo de ciudadanos a ciudadanos. Es llevar al territorio de la estética una decisión ético-política: la de construir juntos y juntas la casa común. Y esta decisión es, sobre todo, una apuesta afectiva: son corazones dignos escuchando los corazones hermanos. Es asumir que somos corazones hermanos.
Es pelear para darle su lugar al privilegio de la ternura como regalo compartido. Saludo y celebro a los y las Asaltodiario.
Javier Contreras Villaseñor